Que
no hay silencio más bello
en
la campiña sevillana
que
una traílla de galgos
cuando
nace la mañana.
El
velo se va espumando
ya
se va viendo el campo
y
los trailleros preparan
las
ilusiones de un año.
Los
caballos ya relinchan
las
monturas están echando
y
la gente de mi tierra
poco
a poco va llegando.
Unas
copas de aguardiente
que
el frio se matando
con
unos cantes flamencos
que
el aire se va entonando.
Ya
se nota en el ambiente
que
el campo es de los galgueros
paso
a paso van andando,
surco
a surco van buscando,
cielo
y tierra por bandera,
¡Ahí está! Están gritando.
Ya
preparan la collera
los
caballos suspirando
que
chico se le hace el campo
y
la liebre, la señora
tranquilamente
esperando
a este juego de la vida
de
la raza y de los galgos.
Poco a poco van pegando
los
quiebros por naturales
van
montando la faena
como
en un ruedo de arena
ya
se escucha en el murmullo
que
la liebre a salió buena,
chicuelinas
y pañuelos
blancos
de mi collera,
yo
me pongo de rodillas
y
le doy la enhorabuena
para
que tenga larga vida,
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