Desde hacía tiempo me venía asechando la idea de
recolectar todos aquellos pensamientos inusuales que a lo largo del tiempo han
brotado de manera efímera y que hoy recojo en este diario.
Todavía
recuerdo aquella primera vez que manche con tímidos versos una libreta, no sé
porque, me gustaba escribir con carboncillo, supongo que me daba recogimiento.
Eran versos de amor, que esparcidos por todos los rincones intentaban evadirse
de la regla, y la verdad, me alegro de que fuera así. Toda sencillez aumenta la
verdad.
Creo que un poema se asemejaría a un sentimiento
suspendido en tiempo y que es recogido en por los símbolos de la escritura,
pero esta definición es y será insuficiente por muchos matices barrocos que
añada.
Para mí, la palabra diario es sinónima de poesía, que
es una poesía sino un diario de sentimientos. Al escribir un poema plasmamos
nuestros sentimientos en papel, y al pasar el recuerdo volvemos a vivir el
tiempo pasado. ¿No es ese el fin para el que se escriben los diarios? Me gusta
imaginar que sentiré cuando el tiempo pase y vuelva a recordar, intentando dar
sentido a tanta alegría o a tanta pena. Sería curioso poder responder a esta
cuestión a día de hoy, pero por alguna razón existe el tiempo y somos mortales.
Solo parcialmente somos veletas.
Con cada estación brotas semillas, igualmente brotan
poesías, cada una de ellas es especial, pues no comprenden el tiempo y aun
siendo hermanas no comparten el mismo padre. Cada palabra, verso o estrofa
brota anímicamente del presente, pasado…hoy comprendo que la vida son estados
de ánimos; y los poemas sus sinónimos perfectos.
Gracias, gracias a ti Neruda por amamantar de ilusión
mi poesía, y como no, a ti amigo Benedetti porque en la calle codo a codo somos
muchos más que dos.
e aqui un gran escritor y sobre todo una gran persona. un fuerte abrazo y duro con ello!
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