Si alcanzar se pudiera
la cinta de tu sombreo
con ese tranco de feria
que lleva tu caballo entero
tus espuelas sonarían
a fandangos alosneros
y tus ojos no podrían
compararse con luceros.
Que gozo para mí alma
en medio del olivar
cuando canten las cigarras
y yo te quiera besar.
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