domingo, 3 de agosto de 2014

Y volver a mirarte...

Podría pasar mirando tus ojos una eternidad
solo tienes que no parpadear,
y ser aire, fuego
un poco de sentimiento
sin lagrimas ni lamentos.
Podría mirarte y volver a mirarte todos los días
porque uno se comprende
pocas veces se corrige,
que siente y falla, rayar
 el cristal opaco de tu cuerpo
que martillea mi mente.
Y yo tierno de mí
te quiero cerca
arrugándome el alma,
y cómeme como si fueran
pasas, mermelada y
me abrasas,
que tengo una candela
y unas pocas de brasas
aquí bajo el árbol
al ladito de tu casa.
¡Ven!, quédate
dulcemente callada,
tengo para vos
un mar de miradas.






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